A 7 kilometros del centro de la Habana se encuentra el reparto de Alamar, un barrio del extrarradio que se caracteriza por sus construcciones importadas de la Rusia socialista. Vegetación salvaje y edificios de varias plantas las cuales sirven de guía para ubicarte, el 7 plantas, el 8 plantas, el 20 plantas.... ya que el paisaje tiene la misma apariencia allá donde mires.
En los bajos del edificio siempre te encuentras a alguien, críos que juegan, abuelos descansando y parte del vecindario que no tiene nada que hacer y se dedica a observar al personal...
Los pasillos de estos edificios son un tanto tenebrosos, oscuros, muy largos y estrechos, con puertas a ambos lados que dan a los diferentes apartamentos. Como la mayoría están abiertas cada vez que recorres el pasillo saludas a varios vecinos.
En casi todos los hogares hay mayoría de sillas respecto a otros muebles. Un goteo de vecinos, niños, familiares o amistades haciendo "la visita" se encargan de ocuparlas.
6:00 A.M.
8:A.M.
La escasa decoración (al menos en las casas que he conocido) se mueve entre lo kitch del todo a 100 y elementos propios de la santería: santos, muñecas, elegüas, ...
Se cocina con "balitas" de gas (antes con queroseno) y en la mayoría de las casas el único electrodoméstico que hay
es el refrigerador. Hay a quien se le ha roto y se tiene que arreglar ocupando parte de la nevera de algún vecino enrollado.
Cuando a alguien se le cae la casa o se quema, cosa bastante frecuente debido a la deficiente condición de los edificios, el estado los mete en albergues hasta otorgarles otra casa, pero de estos sitios es bastante más complicado salir de lo que se promete en un primer momento y te encuentras con gente que lleva 20 años viviendo albergada. Esto ha generado guetos marginales que rozan el chabolismo o las favelas brasileñas, algo que el gobierno cubano no reconocerá nunca abiertamente, pero es lo que hay...
Albergue de Bahía
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